Empieza un nuevo año, pero yo no os desearé lo mejor para el año… porque creo que esta es la fecha adecuada en donde las peores personas que existen te desean lo mejor mientras no dudarán en hacerte lo peor si se benefician ellos. Dejando a un lado los debates sobre la oscura naturaleza humana (con la gran variedad del acervo genético, que hace que unos sean “buenos” y otros “malos”), este artículo lo vamos a dedicar a las reglas del éxito. Yo he aprendido mucho con este blog. He pasado de ser muy tímido y con muy mal trato cuando estaba entre gente; a ser sociable, a saber tratar con todo el mundo, a saber tratar con mujeres… Este es el mérito de este blog: es en gran parte un blog personalísimo que yo he usado como bitácora para ir mejorándome en esos ámbitos que tan mal se me daban en otra época.
Yo no creo en milagros, yo no he tenido una transformación “milagrosa”: lo mío ha sido trabajar, sin más. No es tan distinto aprender sociabilidad de aprender otras artes teórico-prácticas, como conducir. Y por eso mismo no vale sólo desear: hace falta un esfuerzo, hace falta trabajar. Y aquí un gran kit de la cuestión: para trabajar siempre necesitamos una gran motivación (es cansado, se está mejor con los huevos en el sofá viendo la tele y con una cerveza en la mano…). Todo el mundo se levanta temprano para ir a trabajar porque sabe que a fin de mes se le premiará con un sueldo. Hay gente que no es capaz de encontrar la motivación requerida para realizar un esfuerzo. Quizás tengan muchas capacidades, pero nunca las desarrollarán porque son personas abúlicas, cansadas, que no tienen voluntad.
FidlerJan
Yo en mi vida, más que personas mediocres, me he encontrado a personas sin voluntad para sacar de ellos todo su potencial. Es mejor el camino fácil. Ese es el camino de la clase media: haz lo que todo el mundo, no te esfuerces más que lo mínimo, especialízate, así no te cansarás aprendiendo cosas nuevas, ten una vida normal, pide una hipoteca normal, presume de tu “chalé” que en realidad es poco más que un caseto con barbacoa, haz lo que todos… ¿Os suena? Así hemos arruinado a España. Así se ha arruinado varias veces América del Sur. Es duro luchar, es duro trabajar, es duro mover los huevos del sofá para hacer algo que nos cuesta. Quizás esta es una ley universal, los hindúes saben bien que el mundo se crea y se destruye. Así, en épocas de crisis, todos nos esforzamos más, todos nos sacrificamos más… Al fin, viene la bonanza, y nos empezamos a relajar, todo es tan fácil, todo nos lo dan echo… nos relajamos tanto que todo se derrumba de nuevo… y nos toca volver a convertirnos en hombres para intentar solucionar lo que nuestro yo de oveja de rebaño ha destrozado.
Todos nos equivocamos, yo no pretendo decir que yo no me equivoque. Yo me he caído y me he levantado muchas veces. A todos nos cuesta trabajar. Pero el carácter se endurece en el sufrimiento: yo pasé de ser una persona fina y delicada a poder hacerle competencia a Rambo de lo duro que me he vuelto (parece que no en los vídeos, pero os cagaríais vivos si mañana tuvieseis un problema conmigo). Y todo eso yo sólo lo he conseguido trabajando, sufriendo, “al que algo quiere, algo le cuesta”. No hay métodos mágicos. Y por supuesto, podemos llegar a sacar nuestro yo más seductor de nosotros. Para ello, hay que trabajar, hay que sufrir de dolor, hay que sacrificarse un poquito… Qué aburrida sería la vida sin aventuras, sin esfuerzos, sin retos…
El próximo artículo, y el primero en este nuevo año, se llamará “las reglas de la seducción”. Ahí tendréis una oportunidad de sacar de vosotros este nuevo yo luchador y poner en práctica las cinco reglas fundamentales que os convertirán en una persona seductora. Pero con trabajo, con esfuerzo, con sufrimiento… no con técnicas mágicas de esas que tanto se estilan ahora en la “autoayuda” y sus derivados políticos y sociales (mediocridad política, mediocridad de valores sociales, hágase rico sin esfuerzo…).
